Dos barricas y tres damajuanas con líquidos de más de 40 años son el nuevo descubrimiento en la bodega Besalduch Valls & Bellmunt de Sant Mateu
Dos barricas y tres damajuanas con líquidos de más de 40 años son el nuevo descubrimiento en la bodega Besalduch Valls & Bellmunt de Sant Mateu, antigua cooperativa vitivinícola creada en 1952. El hallazgo ha generado emoción e intriga por conocer mejor las oportunidades de este supuesto vino que tratarán de recuperar y revivir con el sistema de criadera y solera.
“Los hemos enviado a analizar y el resultado es emocionante porque lo podremos recuperar”, el enólogo Roger Vernet los clasifica como vinagre, otro encaminado a la mistela y el tercero al vi ranci. La idea es que sirvan de base para recuperarlos y reproducirlos a través de un sistema de soleras. Son unas barricas que acumulan muchos años: un mínimo 40 años, que es el tiempo que lleva la cooperativa inactiva (1983), aunque pueden ser incluso más.
Roger Vernet es enólogo nacido en el Priorat y trabaja en diferentes bodegas de Castelló y es su primer descubrimiento: “En el Priorato sí que han sucedido descubrimientos de este tipo pero no suele ser muy común”. El resultado de las analíticas ha señalado el destino de cada líquido, según nos descubre Vernet cada uno tiene un estilo propio, son diferentes y por eso tratarán de preservar la originalidad y las características de cada uno.
Arqueología del vino para recuperar lo que otras generaciones almacenaron con la esperanza de beberlo algún día.
Dos de ellas son procedentes de vinos dulces en damajuanas. Descansaban en estos grandes recipientes de vidrio, un sistema que suele utilizarse en el popular vi ranci que sufre una oxidación más rápida (sol y serena) y el resultado es un dulce seco. Es un vino envejecido de forma acelerada por una exposición al sol y a una gran diferencia de temperaturas entre el día y la noche. Se guarda en la damajuana (garrafa de vidrio transparente con cuello alto) durante uno o dos años y termina la crianza con el sistema de soleras y criaderas. Es un vino de alta graduación alcohólica y de alto contenido en azúcar, este es el motivo por el que se enrancia y no se avinagra. El resultado es un vino licoroso. Pero en este caso hablamos de un estilo oporto, ya que al ser un vino originalmente con más azúcares y alcohol (conservantes naturales) el proceso de oxidación es mucho más lento y el resultado diferente.
Sistema de criaderas y soleras para ediciones limitadas
Utilizarán este método de envejecimiento que mezcla muchas añadas. Tradicionalmente se utiliza en la zona de Jerez y de Montilla. Es un sistema muy complejo en forma de pirámide de barricas: cuando la madurez del vino de la punta es la deseada se trasiega en cascada descendente desde la hilera superior hasta la segunda, así sucesivamente y hasta llegar a la última hilera, la base (el nombre de Solera significa llegar al suelo). El resultado es un vino muy complejo y es un sistema muy eficaz para avivar vinos viejos.
Así, en Besallduch & Bellmunt utilizarán este sistema para recuperar los vinos y poder embotellar parte de la esencia de la Cooperativa de Sant Mateu, serán producciones pequeñas y exclusivas.
Mistela
Unos 70 litros de alcohol vínico en damajuana se destinará para crear un licor. En este caso se trata de un alcohol destilado procedente del vino, es decir, primero ha sufrido fermentación y después ha sido destilado para conseguir una alta graduación. Con este descubrimiento, Vernet avanza que lo idea es crear un orujo, licor como la mistela.
La mistela no es vino, es un licor resultado de mezclar el mosto concentrado de la uva con alcohol añadido. Es dulce y la diferencia reside en que el alcohol presente es por adición en una proporción tal que se impida la fermentación alcohólica del mosto, generalmente superan los 15% vol.
Otro de los descubrimientos que deja la cooperativa de Sant Mateu es una barrica que ha encaminado hacia vinagre, un proceso natural que no es tan común en la provincia y que precisamente por esto puede ser una línea interesante. Aún tendremos que esperar para probar todos los hallazgos, pero desde luego que es una buena noticia para la historia del vino de Castelló y del museo que alberga la bodega de Sant Mateu.